Soy fanático de Soda Stéreo y Gustavo Cerati. También del Circo del Sol que es tercera vez que tuve oportunidad de ver. Ayer vi “Séptimo Día” y me gustó. Me impresionó nuevamente el Circo del Sol, y como siempre escuchar a Soda Stéreo.

Cuando supe que Circo del Sol dedicaría un espectáculo a Soda Stéreo me pareció genial la idea. Pensé que iba a poder escuchar nuevos arreglos musicales de las canciones de la banda y los artistas del circo usarían su conocida sensibilidad expresiva para interiorizar el espíritu Soda y brindar un espectáculo que hiciera una verdadera interpretación en escena de la música de Soda Stéreo. Pero lamentablemente, nada mas alejado de la realidad.

Salvo en tres canciones, las coreografías y escenografías nada tuvieron que ver con las canciones ni espíritu de Soda Stéreo. Llama la atención que el movimiento de los artistas ni siquiera mantuviera el ritmo de las canciones. Y es que el marcado beat del rock dificulta la coordinación de una puesta de escena y malabarismo como el que usa Circo del Sol.

Séptimo Día apela y utiliza con poco respeto el fanatismo que muchos guardamos por Soda Stéreo y eso es algo que me fastidió durante el show. Porqué este show sólo se presenta en los países de América Latina donde Soda brilló y sigue brillando?; la respuesta es obvia, esa puesta en escena sólo es y funciona como carnada para quienes somos fanáticos de Soda.

Una canción de Cerati puesta con buen sonido y volumen levantará al público en cualquier circunstancia, con o sin Circo del Sol. Al final, Séptimo Día es una puesta en escena -impecable como siempre-, pero utilizando burdamente a Soda Stéreo como pretexto.

Imagino que los más felices con todo esto serán Charly Alberti y Zeta Bosio por las ingentes regalías que estarán recogiendo. Mientras, el gran Gustavo Cerati estoy seguro nunca habría aceptado una puesta en escena como ésta con lo detallista y genial que fue.

Me quedo con Soda Stéreo y con el Circo del Sol, pero ambos caminando por su lado y a distancia.